miércoles, 16 de enero de 2008

Jesús Ignacio

Luego de mirarme a los ojos, lo primero que hizo tu hermano fue mostrarme sus manos y de eso ya han pasado más de tres años, tiempo en que se ha repetido una y otra vez lo mismo de ese entonces: Ignacio me devela su alma sin decir una palabra.
Inquieto, virginal, simple, vulnerable.
Lo importante es que se mantenga el fuerte lazo que ambos crearon desde antes de tu arribo.
Lo importante es que siempre estemos cuando nos necesite y también cuando nos deseche.
Lo importante es hacerle saber que pase lo que pase, nuestro hogar siempre será su hogar.
Recuerdo ese momento y se empaña mi mirada.

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